Crece, educa, vive
Cuando lees o escuchas estas palabras ¿qué es lo primero que se viene a tu mente?
Podría pasarte que te preguntas de qué se trata estas palabras unidas, quizás se te vienen rápidamente conceptos de cada una y hasta puedes analizar el orden o reordenarlas pues dejemos los prejuicios a un lado y vamos a ver un poco de lo que se trata. Estos 3 verbos que son ultra conocidos por todos porque son acciones que están presentes desde que nacemos hasta que morimos, en periodos con más enfoque en uno que otro y hay circunstancias donde nos toca hacer las 3 acciones al mismo tiempo, sencillamente porque son parte esencial de la vida.
Cuando se aborda el tema del vivir, la acción más esencial de todas y que ha sido cátedra por muchos filósofos desde el pasado y en la actualidad, el ser humano sigue con esa necesidad de indagar sobre “el vivir” desde una mirada más filosófica que solo tener vida o existir. Esta necesidad nace de manera muy independiente en cada individuo pero está directamente relacionada con su entorno porque a partir de allí es donde nace todo el sistema de creencias que se va traspasando de generación en generación, ¿es básico, no? pero lo cierto es que una labor en la cual todos como sociedad estamos involucrados.
Actualmente se habla mucho del buen vivir, de cómo vivir para ser felices, la mayoría anda en esa búsqueda constante básicamente porque ser feliz es tan esencial como respirar, por esta razón muchos se casan y tienen hijos, con la gran responsabilidad que esto conlleva y muchas veces sin autoconocerse primero, es allí donde radica lo más esencial en el camino a la felicidad; el conocerse buscar aquello que realmente nos apasiona y nos hace sentir felices, sería lo ideal cuando se tiene la responsabilidad de criar o sencillamente acompañar a los niños en su proceso de crecimiento.
Ahora hablemos de crecer, yendo más allá del concepto biológico, viéndolo desde la perspectiva de la felicidad en la cual todos queremos tener un crecimiento personal, un proceso que viene cargado de conocimiento y sabiduría. El tiempo desde que se inicia hasta que se puede alcanzar este proceso es relativo porque todas la situaciones son diferentes y puede llegar en diferentes etapas.
A medida que nos vamos desarrollando en este camino del crecimiento y como respuesta a un deber natural de nuestra misión de vida nos toca educar; para esto no es necesario ser profesor, sencillamente nos toca educar a nuestros hijos o parientes, porque como seres sociales los adultos educan a los niños, impartir el conocimiento y las creencias ha sido una labor realizada de una manera muy natural y que ha pasado de generación en generación gracias a esta estructura es que la humanidad ha podido sobrevivir y evolucionar, ¿queda en nuestras manos la educación de las generaciones futuras? pues si, es parte de la responsabilidad de vivir en este mundo.
Edith Vivas